“El desafío de Chile es a nivel regulatorio”.

Felipe Fortt es socio de GreenRiver Ingeniero Civil Químico de la UTFSM, Diplomado Gestión Operaciones (Lean), Diplomado Recursos Hídricos (Desalinización). Cuenta con 7 años de experiencia en procesos químicos, metalurgia extractiva, medio ambiente, gestión y tratamiento de residuos industriales líquidos y sólidos. Evaluador de Conformidad Ambiental SMA para componentes de Agua y Suelo (Residuos). 

Hoy conoceremos un poco más del perfil de Felipe y sus motivaciones para dedicarse al cumplimiento ambiental en Chile.  

1. Con tu formación y experiencia en procesos químicos y metalurgia extractiva, ¿qué te llevó a enfocarte en la gestión ambiental y el tratamiento de residuos? 

Fue una mezcla de 3 cosas, mi interés casi inconsciente por la ingeniería ambiental, mi preparación en ese ámbito y por último las circunstancias de la vida o las oportunidades que te presenta, que me llevaron a desempeñarme en empresas que tenían que ver con el rubro de la gestión y tratamiento de residuos y que en verdad es todo un mundo. Agradezco mucho la experiencia que gané en ellas porque me permitieron participar en el manejo de residuos y generadores muy diversos. 

2. Felipe, ¿qué te motivó a especializarte en el cumplimiento ambiental en Chile? 

Por un lado, fue la oportunidad de trabajar con Antonia Fortt en GreenRiver, en el tema de conformidad y certificación ambiental. Esto es muy nuevo aún y es una figura que la SMA está tratando de empujar hace varios años, además, estoy convencido de que es un importante complemento a su labor. Por otro lado, diría que el cumplimiento ambiental, aunque parece ser un nicho, es a su vez un mar de saberes del que sigo aprendiendo día a día, es decir, que ha sido un desafío en lo profesional. 

3. Como Ingeniero Civil Químico y Evaluador de Conformidad Ambiental, ¿cuáles consideras que son los mayores desafíos ambientales que enfrenta Chile actualmente, especialmente en relación con el manejo de recursos hídricos y residuos industriales? 

 Son varios en verdad. Parto reconociendo que Chile ha sido reconocido en diversos rankings internacionales por distintos avances en materias de sostenibilidad, en temas de agua, energía, conservación de la naturaleza, etc. de lo cual debemos sentirnos orgullosos. Lo que no quita que se pueda hacer más y mejor.  

Desde lo macro, veo que el desafío está a nivel regulatorio. Hoy se discuten en el parlamento 3 leyes clave para modernizar el sistema ambiental que nos rige (Ley 19.300 y sus reformas), creo que es importante que se apunte a integrar, estandarizar, y digitalizar las tramitaciones sectoriales y ambientales para permitir agilizar los procesos de evaluación de los proyectos de inversión, que finalmente son los que traen desarrollo y trabajo al país.  

En sintonía de lo anterior, y algo que nos ha tocado ver, es la falta de estandarización en los permisos, especialmente de las RCA aprobadas, para poder gestionar las distintas exigencias y compromisos estipulados en ellas. Por ejemplo, en un estudio que realizamos en GreenRiver a más de 17 mil resoluciones hace poco, nos dimos cuenta que la estructura y contenido de las RCA en cada región son diferentes, o que varias de las exigencias que se establecen están incompletas, sin un verificador definido. 

Este es un tema estructural, para bien o para mal, considerando que al final cada proyecto-RCA tiene sus propias reglas que cumplir, es decir son sitio-específicas, a diferencia de lo que se ve en otros países donde la normativa es general, o al menos por industria o macrozona, de manera de que un titular de proyecto tenga más certezas que incertidumbre al momento de avanzar con él.  

Acá tanto el SEA como la SMA tienen mucho que decir. En lo personal he visto que han puesto esfuerzos en aunar criterios, mediante guías, capacitaciones e instrucciones generales, pero en mi opinión está resultando más engorroso que práctico porque a nivel legal no está bien resuelto. 

Ahora, desde lo micro, a nivel de los titulares de proyecto existen numerosos desafíos. Uno de ellos, que puede sonar un poco obvio, es cumplir con las exigencias y compromisos ambientales a lo largo de toda la vida del proyecto (construcción, operación, cierre), lo cual no es fácil y está estrechamente relacionado con lo anteriormente planteado.  

Para cumplir hoy, con cientos y a veces miles de compromisos individuales, el titular de un proyecto debe partir por consolidar y clasificar sus compromisos de forma matricial, luego identificar los medios de verificación asociados a ellos –los que no siempre vienen explícitos en el permiso-, luego priorizar según relevancia, impacto, riesgo, y recién con esto dar seguimiento. Todo esto, como ves, requiere por un lado de profesionales ambientales o afines, y en algunos casos, especialistas de ramas como flora, fauna, antropología, geología, entre otros. Y por otro lado, herramientas tecnológicas de manejo de información masiva, con alertas y otros chiches. En fin, es toda una estructura que puede denominarse sistema de gestión del cumplimiento, y la pregunta es si las diferentes  industrias tienen la capacidad para sostenerlo de forma efectiva.  

4. Has trabajado en proyectos de gestión de residuos. ¿Podrías compartir algún proyecto en particular del que te sientas orgulloso y que haya tenido un impacto positivo significativo en el medio ambiente? 

 En gestión de residuos me tocó trabajar con especialista de economía circular y servicios integrales. Durante ese periodo lideré algunos proyectos de gestión integral de residuos industriales sólidos con foco en la revalorización, uno fue un piloto que diseñé para potenciar 2 de las plantas de la empresa como Plataformas de Economía Circular y otros 2 proyectos de servicio in-situ que se implementaron en instalaciones de clientes, uno del rubro agroindustrial en la Región del Maule y otro del rubro logístico en la Metropolitana. 

En general estos proyectos, que funcionan actualmente se pensaron considerando la inminente entrada en vigor de las metas de la Ley REP para varios productos prioritarios, dando así una solución de vanguardia a las necesidades principalmente logísticas que traen esta regulación. 

5. Mirando hacia el futuro, ¿qué metas y objetivos tienes para GreenRiver en el ámbito de la gestión ambiental? ¿Hay alguna área específica en la que te gustaría innovar o profundizar? 

Para GreenRiver la meta es clara; convertirse en la principal entidad técnica de certificación ambiental de Chile, y creo que con el arduo trabajo de los últimos años estamos en muy buen pie para concretarlo, en la medida que las instancias formales avancen sin demora. Como varios saben, esperamos que en los próximos meses estemos recibiendo nuestra primera autorización ETCA a la postulación que hicimos ante la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), lo cual nos tiene muy entusiasmados. Mientras tanto nos mantenemos trabajando en servicios ambientales relacionados al cumplimiento ambiental y preparando al equipo de profesionales para comenzar a realizar certificaciones.