Confidencialidad y objetividad: pilares de las ETCAs en evaluaciones ambientales
Imagina confiar tu proyecto más importante a una entidad externa, sabiendo que ha sido autorizada por las autoridades y manejará datos sensibles.
¿Te produce dudas pensar si se filtrará alguna información?
Aunque una ETCA requiera autorización estatal, su carácter privado asegura evaluaciones objetivas y protege la confidencialidad de los proyectos.
¿Por qué es importante el carácter privado de las ETCA?
Al ser privadas, las ETCAs operan de forma independiente del Estado, lo que les otorga especialización en el análisis de proyectos complejos. Esta independencia asegura que puedan ofrecer evaluaciones objetivas, basadas en su experiencia técnica.
- Especialización técnica: Las ETCAs cuentan con equipos multidisciplinarios que permiten abordar proyectos con diferentes niveles de complejidad.
- Objetividad en el análisis: Pueden adaptarse a las necesidades específicas de cada proyecto, ofreciendo las soluciones acorde al cumplimiento normativo.
Confidencialidad: Un pilar de las ETCAs
Uno de los aspectos clave en la operación de las ETCAs es la confidencialidad. La legislación garantiza que la información proporcionada por las empresas evaluadas sea tratada de manera estrictamente confidencial. Esto es vital para proteger los datos técnicos y comerciales de los proyectos.
¿Cómo se garantiza la confidencialidad?
- Protección de datos: Las ETCAs tienen la obligación de no divulgar información sin el consentimiento expreso de la empresa titular del proyecto.
- Acceso limitado: Solo los equipos autorizados dentro de la ETCA pueden acceder a la información del proyecto evaluado.
Según la normativa vigente, las ETCAS deberán guardar la debida confidencialidad de la información obtenida relativa a procesos y sistemas productivos, o cualquier otra sujeta a propiedad industrial o de carácter reservado.