11 de mayo. Día Internacional de las Aves Migratorias
Por Luis Salazar Carrasco
La temporada estival de cada año es un momento importante tanto para la llegada de aves migratorias como para su actividad reproductiva. En esta temporada, las aves migratorias emprenden viajes alrededor del mundo a escala de kilómetros, como lo es el caso de La Gaviota de Franklin, (Leucophaeus pipixcan), especie emblemática en nuestro país que viaja alrededor de 14.000 kilómetros desde el hemisferio norte de nuestro planeta hasta Chile, mostrando su presencia y abundancia desde la región de Arica y Parinacota hasta la región de Los Lagos.
Sin embargo, las actividades antrópicas características de nuestro crecimiento demográfico, como la urbanización, la deforestación, la contaminación y el cambio climático, han afectado de forma negativa esta acción natural, en donde algunas aves hambrientas y exhaustas llegan a sitios de escala y se encuentran con un destruido y desolado panorama.
¿Qué son las Actividades Antrópicas?
Las actividades antrópicas son aquellas acciones y procesos realizados por los seres humanos que alteran el medio ambiente. Estas tienen múltiples impactos, algunos de los cuales incluyen:
- Cambio climático: Las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles han aumentado la temperatura global, lo que a su vez afecta a los ecosistemas y patrones climáticos a nivel mundial. Este calentamiento ha contribuido al aumento del nivel del mar y a cambios en los patrones climáticos que pueden llevar a huracanes más intensos y sequías prolongadas. Según unl artículo sobre calentamiento global de NASA para alrededor de 2050, se prevé que la cantidad de tierra consumida por los incendios forestales en los estados del oeste aumente de dos a seis veces. Incluso en regiones lluviosas como el sureste, se prevé que los incendios forestales aumenten en un 30 %.
- Contaminación del agua y del suelo: Las actividades industriales y agrícolas introducen contaminantes en el agua y el suelo. Por ejemplo, el tratamiento de aguas residuales busca mitigar la contaminación del agua devolviéndole su calidad original antes de ser usada por humanos. Sin embargo, el manejo inadecuado puede resultar en contaminación severa que afecta a los ecosistemas acuáticos y terrestres.
- Sobreexplotación de recursos: La pesca excesiva ha llevado a que un tercio de las pesquerías del mundo estén sobreexplotadas, afectando la biodiversidad y la sustentabilidad de las especies marinas como tiburones y rayas, cuyas poblaciones han disminuido significativamente. Según Academia Lab, las estimaciones indican que la demanda actual de la humanidad es un 70% superior a la tasa de regeneración de todos los ecosistemas del planeta combinados. Un patrón prolongado de consumo excesivo conduce a la degradación ambiental y la eventual pérdida de bases de recursos.
- Degradación del suelo y pérdida de tierras agrícolas: La agricultura intensiva y la irrigación pueden llevar a la salinización y degradación del suelo, lo que reduce la fertilidad del suelo y puede provocar la pérdida de tierras agrícolas productivas cada año.
El papel de las aves en la conservación y salud de los ecosistemas chilenos
De acuerdo con el Museo de Historia Natural de Valparaíso, en Chile coexisten más de 500 especies de aves, tanto residentes como migratorias, las que cumplen funciones ecológicas claves tanto para los ecosistemas que habitan como para nuestra sociedad. Un ejemplo claro de esto es en torno a la vegetación leñosa de las zonas centro-sur, sur y austral de nuestro país, en donde el 67% de su reproducción requiere de aves para la dispersión de sus semillas.
Las aves migratorias cumplen un rol clave dentro de los ecosistemas que habitan, ya que son depredadoras, polinizadoras, dispersoras, carroñeras e ingenieras de sus hábitats naturales. Sus principales motivaciones para emprender el vuelo son la búsqueda de alimentos y temperaturas cálidas. Son animales cuyo hábitat depende de la proporción suficiente de alimento para anidar y criar a sus pichones.
A su vez, son indicadores de la salud de los ecosistemas, la presencia de ellas se puede relacionar con ecosistemas de amplia variedad de plantas, aguas no contaminadas y con baja o nula presencia de especies exóticas invasoras. Entre algunas de ellas, las aves playeras pueden responder con rapidez a diferentes cambios o impactos ambientales, modificando sus rutas migratorias si la disponibilidad de alimentos y el clima cambian junto con las estaciones del año.
Estrategia Nacional de Conservación de Aves
Desde el punto de vista de la Ingeniería Ambiental, el Día Internacional de las Aves migratorias es una ocasión importante para reflexionar sobre la necesidad de conservar y proteger los hábitats vitales que estas especies utilizan. Esto se debe a nuestro papel fundamental en la planificación y la gestión de proyectos que tienen diversos efectos e impactos en el medio ambiente.
El año 2022, el Ministerio del Medio Ambiente lanzó la “Estrategia Nacional de Conservación de Aves 2021-2030”, la cual tiene como objetivo “fortalecer la conservación de las aves y sus hábitats en Chile, definiendo lineamientos de acción y articulando esfuerzos, personas y entidades en diversos territorios del país”, en donde a su vez se pone énfasis en la colaboración entre los sectores públicos, privados e incluyendo a la sociedad civil, con ello, se busca aportar al desarrollo sustentable del país y el bienestar de la sociedad.
Es nuestra responsabilidad incorporar prácticas sostenibles en los proyectos en los que colaboramos, con el fin de reducir y controlar los efectos negativos que ellos puedan generar. Esto incluye:
- Diseñar infraestructura que minimicen las barreras para la migración de aves.
- Restauración de hábitats degradados.
- Fomento al uso de energías renovables para reducir los gases de efecto invernadero, hasta la protección y conservación de áreas de importancia ecológica para el paso y la reproducción segura de estas especies.
El Día Internacional de las Aves Migratorias es una oportunidad para reflexionar sobre cómo las actividades humanas interactúan con la biodiversidad que nos rodea. La nueva Ley de Biodiversidad tiene foco en generar un modelo de gestión para la conservación en todo el territorio nacional, pero es muy importante, que como ciudadanía nos comprometamos a tomar medidas concretas para promover la conservación y la buena convivencia con estas especies.
