El 25 de enero de 2019, el colapso de la represa de relaves de la mina Córrego do Feijão en Brumadinho, Brasil, causó una devastación sin precedentes. Este desastre resultó en la muerte de 270 personas y tuvo un impacto ambiental y económico masivo. La represa, operada por la empresa minera Vale, liberó aproximadamente 12 millones de metros cúbicos de lodo contaminado, destruyendo todo a su paso y contaminando gravemente el río Paraopeba.
Causas y Consecuencias del Desastre
Según el Reporte de las Causas Técnicas del Fallo de la Represa Feijão I, el colapso se atribuyó a una combinación de factores estructurales y operacionales. Investigaciones posteriores revelaron que la deformación lenta (creep) de los materiales dentro de la represa, junto con la disposición de capas de sedimentos finos y gruesos, contribuyeron a la inestabilidad de la estructura. Estos factores permitieron que se desarrollaran superficies de deslizamiento críticas, que eventualmente causaron el fallo.
El impacto ambiental fue severo. El lodo tóxico contaminó el río Paraopeba, afectando la biodiversidad local y poniendo en riesgo la salud humana. Los análisis de sedimentos mostraron concentraciones elevadas de metales pesados, incluyendo cadmio, a lo largo del río, lo que llevó a restricciones en el uso del agua para consumo humano y agrícola.
Económicamente, el desastre tuvo repercusiones significativas para Vale y la región. Las acciones de Vale cayeron un 24% tras el colapso, y la empresa enfrentó múltiples demandas y sanciones. Las comunidades locales también sufrieron pérdidas económicas debido a la destrucción de tierras agrícolas y la pérdida de ganado.
El Estándar Global de Relaves
En un esfuerzo conjunto entre el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y los Principios para la Inversión Responsable (PRI), y como respuesta a la tragedia de Brumadinho, se desarrolló el Estándar Global de Relaves. Este estándar proporciona un marco global para la gestión segura de relaves, cubriendo todo el ciclo de vida de las instalaciones de relaves, desde la selección del sitio y el diseño hasta la operación, el monitoreo, el cierre y el post-cierre.
El Estándar Global de Relaves se estructura en seis áreas temáticas principales:
- Comunidades Afectadas: Respeto a los derechos humanos y participación significativa de las personas afectadas.
- Base de Conocimiento Integrada: Desarrollo de conocimientos multidisciplinarios para la toma de decisiones informada.
- Diseño, Construcción, Operación y Monitoreo: Requisitos robustos para minimizar el riesgo de fallos.
- Gestión y Gobernanza: Asignación de responsabilidades y establecimiento de sistemas críticos.
- Respuesta a Emergencias y Recuperación a Largo Plazo: Planes de preparación y recuperación centrados en la comunidad.
- Divulgación Pública y Acceso a la Información: Transparencia y participación en iniciativas globales
Implementación en Chile
En Chile, la tragedia de Brumadinho impulsó la revisión y mejora de las normativas relacionadas con la gestión de relaves. SERNAGEOMIN y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) implementaron nuevas regulaciones que incluyen el monitoreo en línea continuo de las instalaciones de relaves, aumentando la seguridad y la transparencia en la gestión.
Medidas Implementadas
- En Chile, existe el Programa Tranque, desarrollado por Fundación Chile con financiamiento de CORFO. Este programa se enfoca en el monitoreo en línea de depósitos de relaves y supervisar los muros de los depósitos de relaves y proporcionar información accesible al público.
- Monitoreo en Línea: Las nuevas regulaciones requieren el monitoreo en tiempo real de las condiciones de los relaves. Esto permite una detección temprana de cualquier anomalía que pudiera indicar un riesgo potencial, facilitando la implementación de medidas correctivas antes de que se produzca una falla.
- Inspecciones y Auditorías: SERNAGEOMIN ha intensificado las inspecciones y auditorías de las instalaciones de relaves. Estas inspecciones incluyen la revisión de los planes de gestión de relaves y la evaluación de la conformidad con las normativas vigentes.
- Capacitación y Concientización: Se han desarrollado programas de capacitación para los operadores de relaves y otros actores involucrados en la gestión de estas instalaciones. Estos programas están diseñados para asegurar que todos los involucrados comprendan las mejores prácticas y los requisitos regulatorios.
- Transparencia y Participación Pública: Las nuevas normativas promueven una mayor transparencia en la gestión de relaves, incluyendo la divulgación pública de información sobre el estado y las medidas de seguridad de las instalaciones. Esto incluye la participación de las comunidades locales en la toma de decisiones y en la vigilancia de las instalaciones.
Espacios de Mejora
A pesar de estos avances, aún existen áreas donde se pueden realizar mejoras adicionales:
1. Implementación de Normativas y Regulaciones
Las normativas ambientales en Chile están bien establecidas, pero su implementación y cumplimiento varían considerablemente entre regiones y sectores. Mecanismos más efectivos podrían asegurar la uniformidad en la aplicación de las normativas ambientales en todas las regiones. Además, aumentar la capacidad de fiscalización y control de las autoridades ambientales, utilizando tecnologías avanzadas como drones y sensores remotos para monitorear áreas de difícil acceso.
2. Innovación y Tecnología
Chile ha comenzado a incorporar tecnologías para el monitoreo ambiental, pero aún hay un amplio margen para la innovación. Países como Alemania y Suecia están implementando redes de sensores inteligentes para la monitorización en tiempo real de la calidad del aire y del agua.
3. Gestión de Residuos
La gestión de residuos, especialmente en zonas industriales, necesita mejoras significativas en Chile. Implementar políticas de incentivo para las empresas que adopten prácticas de gestión de residuos más sostenibles. Países como Japón han logrado avances significativos mediante la implementación de leyes estrictas de reciclaje industrial y programas de incentivos.
4. Educación y Sensibilización Ambiental
La educación y sensibilización sobre temas ambientales están en desarrollo, pero aún no son suficientes para generar un cambio significativo en las prácticas diarias de la población y las empresas. Incorporar la educación ambiental en el currículo escolar desde temprana edad. Países escandinavos como Finlandia han integrado exitosamente la educación ambiental en todos los niveles educativos, resultando en una mayor conciencia y responsabilidad ambiental entre la población.
Asimismo, en Canadá, la participación comunitaria ha sido clave en el éxito de numerosos proyectos de conservación, donde las comunidades locales colaboran estrechamente con las autoridades ambientales y las ONGs.
6. Responsabilidad Corporativa
Transparencia y Reporte: Fomentar la transparencia y el reporte de las prácticas ambientales de las empresas. Implementar sistemas de auditoría y certificación que reconozcan y premien a las empresas que demuestran un alto compromiso con la sostenibilidad.
Benchmarking Internacional: Empresas en Europa están liderando con estándares de responsabilidad corporativa ambiental. La adopción de normativas similares puede impulsar a las empresas chilenas a mejorar sus prácticas.